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Guillermo Arriaga
El escritor de Amores Perros y 21 gramos habla del cine y de la vida
Publicada en la Revista no. 78 el 15 de agosto 2004
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Por José Antonio Fernández F.

Para complementar esta entrevista, le recomendamos también consultar la entrevista publicada en la Revista Telemundo en la que Guillermo Arriaga cuenta cómo realizó el guión de Amores perros.

Guillermo Arriaga es el escritor mexicano que mejor ha logrado cotizarse en el mercado internacional de la producción cinematográfica.
Con Amores perros saltó a la fama. En Hollywood es ampliamente reconocido. Con 21 gramos, su segundo largometraje, cinta que también fue dirigida por Alejandro González Iñárritu, el escritor Guillermo Arriaga refrendó su calidad como guionista. Su nivel como escritor de la gran pantalla es altísimo (usted puede leer en Canal100.com.mx una entrevista anterior con Guillermo Arriaga en la que habla de sus inicios en el cine y cómo hizo el guión de la película Amores perros; localízela en la sección Entrevistas de la Revista virtual o vía el Buscador del sitio).

José Antonio Fernández.: ¿Qué pasó después del gran éxito de Amores perros? Después de que todos te aplaudieron.
Guillermo Arriaga: No todos me aplaudieron.

J.A.F.: ¿Alguien estuvo en contra tuya después de Amores perros?
Guillermo Arriaga: Sí, por supuesto.

J.A.F.: ¿Qué te dijeron los críticos más duros?
Guillermo Arriaga: Que el guión de Amores perros es el más malo del cine mexicano. Fue doloroso que lo hubieran escrito así porque la película ya estaba nominada al Oscar, ganado en Cannes y se había ya convertido en la cinta que más premios había ganado en la historia del cine nacional.

J.A.F.: ¿Hay buenas y malas críticas, o todas son bien recibidas?
Guillermo Arriaga: Esa fue una crítica que me pareció fuera de lugar, aunque hubo muchas otras que me hicieron ver mi trabajo en forma distinta. Ortega y Gasset decía que el crítico tiene la obligación de ver la obra como el escritor la quiere escribir, y no como el crítico quiere que sea. El crítico tiene todo el derecho de decir: "tú como escritor estabas buscando esto y no lo conseguiste". Pero cuando te dicen: "el cine debe de ser esto", entonces ya no hay argumentos, ni dialogo ni nada.

J.A.F.: Insisto en que el trato que se le dio en México a la cinta Amores perros y a todo el equipo que la realizó, fue extraordinario.
Guillermo Arriaga: Sí lo fue. Debo decirte que ese triunfo no se tradujo de inmediato en chamba.
Cuando terminamos Amores perros yo tenía ganas de trabjar otra vez con Alejando González Iñárritu. Para ese entonces ya escribía el guión de 21 gramos.
Pienso que Alejandro (González Iñárritu) es un genio que hacer mejor mi trabajo. Con él siempre tengo un diálogo. Es fuera de este mundo.

J.A.F.: ¿Qué le ves a Alejandro González Iñárritu como director que lo consideras un genio?
Guillermo Arriaga: Es incisivo. Tiene una concentración bestial, un mundo interior poderoso, un sentido de lo humano muy cabrón y un rigor y una disciplina monstruosas. Es un provocador, un cuestionador, un colaborador. Sí está muy cabrón. Y aparte tiene buen gusto. Es muy difícil encontrar un realizador con buen gusto.

J.A.F.: ¿A qué te refieres al decir buen gusto?
Guillermo Arriaga: Somete a la estética para contar una historia. Y aclaro que no es preciosista.

J.A.F.: Sé que los dos, González Iñárritu y tú son muy rigurosos. ¿Qué tanto esta característica desgasta su relación de trabajo a la hora de estar trabajando en una película?
Guillermo Arriaga: Hay mucho desgaste, por supuesto. Estoy pagando ahorita, con mi mala salud física, la creación de una obra (la cinta 21 gramos). Somos dos personas muy obsesivas, compulsivas y tercos hasta la madre. Su personalidad no me desgasta, lo que me desgasta es la creación de la obra que construimos.
Existe la teoría de que el artista debe vivir para su obra, al precio que sea. Yo creo que la creación de una obra, sí se cobra.

J.A.F.: ¿Por qué cuando terminaron Amores perros pensaron en Hollywood?
Guillermo Arriaga: No pensamos en Hollywood, pensamos en México.
Cuando estrenamos Amores perros en Cannes y la prensa internacional y los agentes empezaron a rodear a Alejandro (González Iñárritu) y a Gael (García), entonces nos preguntamos: "¿qué está pasando?".
La película hizo explosión. Esa exhibición de Cannes fue la primera vez que vimos Amores perros en una proyección pública. Nos preocupamos porque a los diez minutos de iniciada la película vimos cómo se empezaba a salir la gente de la sala. Sentimos que había valido madres todo. Alejandro me dijo que le preguntara a alguno de los que se salían por qué se iban. Me paré y le pregunté a uno. Me dijo que no se iba, que salía de la sala para hablarle a su jefe para que viniera a ver la película en ese momento.
Nosotros no sabíamos la mecánica de Cannes. Los que se salían eran los compradores de películas. Llamaban desde el lobby para que otros vieran Amores perros. Las siguientes funciones se llenaron al máximo. Programaron exhibiciones a las dos de la madrugada. La gente quería verla. Después, en el Festival de La Habana había diez cuadras de cola para ver Amores perros.

J.A.F.: ¿Cómo se de la posibilidad de que ustedes fueran a filmar 21 gramos a Estados Unidos?
Guillermo Arriaga: Se da cuando te percatas de que pudiste abrir las suficientes puertas. Y una de esas puertas es la gabacha.

J.A.F.: ¿Pero cómo te das cuentas de que abriste esas puertas?
Guillermo Arriaga: En mi caso no tuve la atención inmediata y revolucionaria que causaron Gael y El Negro (Alejandro González Iñárritu). Ellos fueron asediados de inmediato.
A mí me fueron llegando ofertas de trabajo. Me llegó un ofrecimiento de Suecia, otro de Bélgica, uno más de Francia, también de España y hasta de la India. Le pregunté a un sueco si no había escritores en Suecia. Me respondió que no. Que no había historias. Igual me contestaron agentes de otros países.
Nacho Ortíz dice que se está perdiendo la capacidad de ficcionalizar, y creo que tiene razón.

J.A.F.: ¿Cómo se cocina la posibilidad de hacer 21 gramos en Estados Unidos?
Guillermo Arriaga: Después de que Alejandro y yo discutimos mucho el guión, y que teníamos claro qué queríamos decir, El Negro (Alejandro González Iñárritu) me preguntó: "¿podrías pasar el guión a gabacho?" Le respondí que sí, sin pedo. Que deberíamos de hacerlo.
El guión original de 21 gramos ubicaba la historia en Matehuala, en una clínica del IMSS y en el hotel Cactus, que está en la salida de San Luis Potosí. Cambiamos la ubicación por el desierto de Arizona.
Traduje el guión con la ayuda de Alan Page, un poeta neoyorquino. Nos dimos cuenta que sí podía funcionar (hacer el guión gabacho), porque la historia es tan básica que funciona aquí, allá o en cualquier lugar. El problema era el diálogo. Pero si concibes bien los diálogos, seguro soportan la traducción.

J.A.F.: ¿Y cómo se da el que finalmente sí se pueda hacer 21 gramos en Estados Unidos?
Guillermo Arriaga: Alejandro (González Iñárritu) fue el que verdaderamente lo dimensionó. Tiene un sentido de lo publicitario muy cabrón.
Primero que nada, seguimos la misma estrategia de Amores perros, no hablamos nada del contenido de la película. Nadie sabía de lo que se trataba. Alejandro (González Iñárritu) imprimía en papel rojo el guión para que no pudiera ser fotocopiado. Las copias eran numeradas. Quien lo leía debía devolverlo. El Negro (Alejandro González Iñárritu) supo crear una expectativa de la película. Como productor fue muy inteligente.
Ya con el guión los actores se comprometieron a hacer la película sin contrato. Y ya con los actores la película se subastó.

J.A.F.: ¿Dónde y cómo la subastaron?
Guillermo Arriaga: En Estados Unidos. Salió a subasta un miércoles en la mañana. Se publicaron las condiciones y prácticamente de inmediato cuatro estudios se interesaron. El viernes por la noche, la presidenta de los Estudios Universal le dijo a Alejandro (González Iñárritu) que ella tenía hijos y que quería hacer esa película porque la historia le llegaba.

J.A.F.: ¿Eres socio de la película?
Guillermo Arriaga: Yo cobro hasta el día en que se empieza a filmar. Así trabajo con Alejandro (González Iñárritu). Por eso aparezco con el crédito de productor asociado.

J.A.F.: ¿Cómo convencen a los actores?
Guillermo Arriaga: Alejandro (González Iñárritu) hizo un casting exhaustivo. Vio en persona y en video a todos los actores que te puedas imaginar. Fuimos a ver a Naomi Watts para proponerle que trabajara en 21 gramos. El Negro la invitó. Ella pidió el guión. Alejandro le contestó que no se lo podía dar. Naomi epreguntó: "¿de qué se trata la historia?" Y el negro le dijo que no le podía decir. Entonces me pidió a mí que le dijera de qué se trataría la película. Igualmente le respondí que no le podía decir de qué se trataba. Pero le dije que yo nunca lloraba, y que cada vez que terminaba de leer el guión de 21 gramos terminaba llorando, a mi pesar. Entonces ella dijo que sí, que le entraba. Es fan de El Negro y confió en nosotros. Igual Sean Penn. Él (Sean Penn) dijo en Cannes que tenía la ilusión de hacer una película como Amores perros.

J.A.F.: ¿Por qué pensar en hacer 21 gramos en Estados Unidos y no en México?
Guillermo Arriaga: Siempre es atractivo jugar otra liga y trabajar con el mejor talento del mundo. 21 gramos es una película que tiene un actor norteamericano, una actriz australiana, un actor puertorriqueño, una actriz francesa, un actor inglés y otra actriz americana. Yo me siento muy orgulloso con la calidad de gente que estuvo involucrada con esa película. Y hablo también de muchos mexicanos, como Rodrigo Prieto, Martín Hernández, Brigitte Broch y José Antonio García. Son personas que tienen un profundo amor por el rigor, que es en lo que yo creo.

J.A.F.: ¿Qué es el rigor?
Guillermo Arriaga: Es cuestionarte todas y cada una de tus decisiones en forma exhaustiva. De manera que cuando llegas a la decisión final, es porque ya exploraste todas las demás opciones. Es alcanzar la historia con los menos diálogos.
Y es que la primera decisión no siempre es la mejor.

J.A.F.: ¿Por qué al personaje de Del Toro le va tan mal en 21 gramos? Le va mal hasta cuando hace todo para que le vaya bien.
Guillermo Arriaga: Son misterios insondeables. Pero al final le va bien. Entiende todo. Es un personaje como hay muchos, que no tiene la estructura emocional para entender el mundo. Termina dándose cuenta de que en la cosas más simples, que son las más complejas, sus hijos y su mujer, está la solución. El personaje de Del Toro no tiene estructura emocional para decidir nada.

J.A.F.: ¿Por qué tan drámatica la historia de 21 gramos?
Guillermo Arriaga: Chejov decía: yo escribo lo que puedo, no lo que quiero.
21 gramos es lo que pude escribir, es lo que estaba en mi alma. Y te cuento una anécdota: un día lleve a mis hijos a la filmación de Amores perros. Vieron la escena después del choque, en la que Gael está escupiendo sangre. Mi hija me pidió ir a caminar.
Yo no le estaba haciendo caso, pero ella me insistió. Fuimos a caminar y me dijo: "oye pa, ¿por qué hacen películas tan horribles?". Le dije que yo la había escrito. Me preguntó que por qué la había escrito. Y le respondí que era lo que tenía en mi corazón. Y me contestó así: "pues que corazón tan horrible debes de tener".
En el arte no hay voluntad y no hay progreso. A mis alumnos les digo una y otra vez: no busquen hacer una película profunda, simplemente escriban un guión y hagan una película. Si ustedes son profundos de verdad, la historia va a transmitir profundidad.
Si no, no.
Lo único que está en la voluntad es contar una película lo mejor posible. Las obsesiones que te salen y los temas, es algo que va más allá de tu voluntad.

J.A.F.: ¿Es más difícil trabajar en Hollywood que en México?
Guillermo Arriaga: Es más fácil, porque las reglas son más claras.

J.A.F.: ¿Me lo puedes explicar?
Guillermo Arriaga: Allá están más profesionalizados. Entran abogados y agentes y tú firmas un contrato en el que prácticamente queda todo especificado. Aunque también te pueden "transar" (pedirte cosas fuera de contrato sin que eso incluya pago extra). Pero aún así las reglas son más claras. La presión del negocio es muy dura. Te puedo decir que Hollywood no es ese lugar maquiavélico que cree mucha gente.
Uno de los grandes errores de interpretación en el que se puede incurrir con cierta facilidad, es el pensar que las cosas funcionan en bloque. Y no es así. En Hollywood hay personas con distintos intereses que sí quieren hacer grandes películas, otros que se averguenzan de los largos que hacen y otros más que aborrecen a Bush. En Hollywood también existen todo un mundo de sutilezas. Cada uno tiene visiones distintas, y eso no significa que alguien obre de mala fe.

J.A.F.: ¿Y en cuanto a actores se refiere?
Guillermo Arriaga: En cualquier lado el vicio del actor es que ellos ven por su personaje, y quieren mejorar su personaje. La obligación del escritor es evitar que se dé un desbalance entre los personajes. Hay actores con los que se da un estira y afloja, y otros son más respetuosos. Los actores más respetuosos saben que el escritor se tardó años en hacer la historia y no cambian las líneas del guión.

J.A.F.: ¿Te cambiaron las líneas del guión los actores de 21 gramos?
Guillermo Arriaga: Sean Penn, no. Fue muy respetuoso. Naomi tampoco hizo cambios. A del Toro le gusta más discutir, sin que esto signifique que sea irrespetuoso.

J.A.F.: ¿Estuviste presente en la filmación y en la edición de 21 gramos igual que con Amores perros?
Guillermo Arriaga: En la filmación estuve poco. En la edición participé más. Como la estructura de la historia es muy enredada, El Negro (González Iñárritu) me mostraba la película y me preguntaba qué pasaría si quitaba una escena u otra y qué consecuencias podría tener.
Pero las decisiones de filmación y de edición fueron de El Negro.

J.A.F.: ¿Sentí que la película se negaba a terminar y que deja un sabor de que no hay esperanza?
Guillermo Arriaga: Si me preguntas cómo veo a mi hija, te puedo decir que la veo hermosa. Lo mismo te puedo decir de 21 gramos. Me siento muy orgulloso de todos los que participaron en la película. Creo que está muy bien dirigida, muy bien actuada, muy bien editada y muy bien fotografiada.
Pienso que llegar a Hollywood y hacer una película bajo tus propios términos, es algo que está muy cabrón.

J.A.F.: ¿Dijeron lo que quisieron en 21 gramos?
Guillermo Arriaga: Nadie se metió con el guión. El Negro (González Iñárrit) lo defendió con todo.
Para un país que sufrió los atentados del 11 de septiembre y que está pasando de la adolescencia a la madurez, este tipo de temas es importante.

J.A.F.: ¿Cómo le fue a 21 gramos en Estados Unidos?
Guillermo Arriaga: Más o menos.

J.A.F.: ¿Cómo recuerdas que fue la primera exhibición pública de 21 gramos? ¿Dónde fue?
Guillermo Arriaga: Vi por primera vez 21 gramos en público en el Festival de Venecia. Cuando la película terminó la gente nos aplaudió 7 minutos.
Sentí una gran emoción y una gran alegría.
Cuando proyectamos la película en Nueva York
la gente no aplaudió y se quedó sentada. Cuando prendieron la luz de la sala mucha gente me dijo: "¿Cómo pueden hacer una fiesta después de exhibir esta película? Yo lo que quiero es ir a mi casa y estar con mis hijos".

J.A.F.: Tanto en Amores perros como en 21 gramos llevas las historias hasta las últimas consecuencias, por duras que sean.
Guillermo Arriaga: Si me preguntas por qué los hago así, te puedo echar muchos rollos pero ninguno te va a explicar el por qué tengo esa necesidad.
Vivimos en un mundo que cada vez se reblandece más. Es terriblemente gelatinoso. Dentro de este mundo yo admiro a la gente que tiene pasiones y deseos de ir más allá. La reacción que más me gustó fue la de la gente que saliendo del cine tomó su celular para decirle un "te quiero" a sus hijos.
Y que les repitió ese "te quiero".
Sé que mucha gente se replanteó la relación con sus hijos a partir de 21 gramos. Y si esa película motiva a que te quieras más y a que te cuestiones más, y a que te vincules más con el otro que tienes enfrente, me quedo satisfecho.
Este es un mundo en el que cada vez vivimos más hacia afuera. Al restaurante que vas hay una televisión. Hoy ves a muchas familias que van a los restaurantes a ver televisión. Los chavos de secundaria no quieren ir a jugar al parque, ahora prefieren chatear. Me parece que se está cancelando el mundo interior. Estamos perdiendo el sentido de muerte. Y lo más terrible es que si perdemos el sentido de muerte, estaremos perdiendo el sentido de vida.
Si la gente no tiene sentido de vida, entonces es más manipulable y domesticable.

Guillermo Arriaga: La vida no es pasar el rato.
Somos neuróticos porque escojemos el modelo que conocemos, aunque no sea el mejor. Y la tendencia es la ley del menor esfuerzo. Siempre escogeremos lo más económico, aunque no sea lo mejor.


Más respuestas de Guillermo Arriaga exclusivas para Canal100.com.mx

1.- Por supuesto que creo en la familia. Creo en el amor. Mis películas son películas de amor, de profundo amor. Creo que el amor es lo que realmente salva a los individuos. Es lo que te da sentido e identidad.
2.- El amor no es suave.
3.- Todos los personajes de Amores perros actúan por amor, y el personaje de 21 gramos termina actuando por amor. La gente termina descubriendo (en 21 gramos) que el amor es lo único que los va a salvar. Por eso te digo que es una película esperanzadora.
4.- 21 gramos no es una película fácil. Si para tí fue duro verla, imagínate lo que fue para mí que estuve tres años escribiendo la historia. Está cabrón el viaje que eso significa. ¿Sabes lo que es estar adentro de el dolor de un personaje durante tres años? Esto genera emociones muy fuertes, que hoy la están pagando mis pulmones y mis manos. Esto genera mucho estrés, dolor y adrenalina. Y es que estás creando, agregando algo al mundo que antes no existía. Estás decidiendo sobre el momento que va a representar la vida de alguien en la pantalla. Es la selección difícil de un narrador. ¿Qué escojo de esta persona para decir: así es su vida? La decisión se toma con un sexto sentido, no hay una razón.
5.- Lo que escribo lo va leyendo mi papá, Pato, mi mujer, mi hermana y, obviamente, el negro (Alejandro González Iñárritu).
6.- La primera página que escribo de una historia siempre es muy burda. Es como si la hubiera escrito un niño de 6 años. El arte es control. Hay que controlar, controlar, controlar, controlar.
7.- Cuando escribo una historia, más que en el público pienso en el otro. Con el que voy a entablar un diálogo.
Una película es arte. Te expresas para ser escuchado, para dialogar, para sentir. Yo no estoy pensando si la película va a meter 20 ó 50 millones de dólares en taquilla. Pienso en la capacidad de diálogo, en la gente que se va a emocionar y que se puede sentir motivada al estar frente a la pantalla.
8.- Mi obligación es contar una historia. Punto. Yo no puedo hacer más. Y lo debo de hacer lo mejor posible. Y para contarla debo encontrar la mejor estructura y los personajes que mejor la representen. Ahí está la diferencia entre ser pretensioso o no. Pretensioso es quien pretende decir muchas cosas. En mi caso, lo que quiero hacer es contar historias, parezcan pretensiosas o no.
9.- Cuando yo entrego una historia hago sugerencias. Sugiero elenco, porque un actor significa un tono. La edad de los personajes es muy importante. Esas deicisiones sé que son de un director.
10.- El ritmo de la película lo marca el director. Parte desde el lugar donde coloca la cámara.
11.- Con 21 gramos terminamos arriesgando más, en todos sentidos. Es mucho más dura que Amores perros, es carente de humor (yo siempre le dije a El Negro -González Iñárritu- que no podía haber humor si se morían niños).
12.- Yo prefiero ser conocido por mis apuestas que por mis certezas. Y esto que digo lo resume muy bien una frase del Faulkner: prefiero ser conocido por mis grandes fracasos que por mis mediocres éxitos.
13.- En 21 gramos se cuenta una historia a fondo, en el límite y con una estructura que corresponde a la necesidad de la película. Que a la hora de la hora, no nos dio miedo.
14.- No fui a la ceremonia del Oscar porque no estuve nominado. No tenía sentido que yo estuviera ahí. Pero cuando vi la ceremonia por televisón, me dije a mí mismo: vale la pena apostar.
15.- Cuando escribí el guión de Amores perros, varias productoras dictaminaron el guión. Varios dictámenes decían: nadie querrá ver esta película, lo que el público mexciano quiere son comedias románticas light. Auguramos un fracaso, no vale la pena filmarla. No es políticamente correcta y es antiecológica. No tiene valores de esperanza ni de rendención y sus personajes no son entrañables. Mi conclusión hoy es que a la gente también le gustan las apuestas.
16.- A 21 gramos le fue mucho mejor en Europa, tanto en taquilla como en guión. En Estados Unidos no le fue mal, terminó metiendo entre 16 y 17 millones de dólares. En el resto del mundo se ingresaron como 50 millones de dólares. En México se recaudaron en taquilla unos 6 millones de dólares.
17.- Con 21 gramos entré en un juego muy tonto... por el Oscar. El desgaste físico que padezco es muy fuerte.
Te pregunto: ¿por qué pierde un político una elección? La respuesta: por el momentum. La película perdió su momentum. Si la película se hubiera estrenado en noviembre, hubiéramos conseguido más nominaciones.

18.- Es muy difícil saber el momentum de una película. Nadie sabe cuál es.
19.- 21 gramos costó 20 millones de dólares.
20.- Sí sé que estuve cerca de estar nominado al Oscar por 21 gramos. Le aposté mucho a eso. No te puedo dcecir que ya no voy a caer, porque no es fácil, pero ya no volveré a hacer el juego. El juego de las entrevistas, los viajes, el coctel, el bla bla bla. Todo mundo juega a eso para conseguir la nominación. Pero a mí ya me quedó claro que eso no te da la nominación. La nominación te la da la calidad, la apuesta y el momentum.
21.- Podría decir que no me importan el Oscar, Venecia o Cannes, pero la verdad es que sí me importan. Por eso estás ahí. Es un mundo de lobos alfas, de gente muy territorial.
22.- La gente que se me acerca del cine mexciano lo hace en buena onda. Yo creo que no debemos pelearnos entre nosotros los que nos dedicamos al cine. Es algo que descuidaron generaciones pasadas. Si a mí me va bien, entonces al director también y al editor, y al fotógrafo y así se arma la cadena. Yo tenía esperanzas de que a Fernando Eimbcke le fuera bien en Cannes, y no lo conozco. Creo que ahora empieza a haber compañerismo. Antes se peleaban por el botín de Imcine. Hoy estamos viendo que nuestro trabajo deben considerarlo tan importante para que la gente quiera invertir en él. Y no hablo del gobierno, sino de los inversionistas privados. Me parece importante que Imcine exista y apoye, sería un error gravísimo desaparecerlo. Pero considero que nuestra obligación como cineastas es no depender de Imcine.
23.- Como cineasta tengo que ser un seductor para convencer a los inversionistas de que vale la pena invertir.
24.- Sí haré la tercera historia para que quede la trilogía que empezó con Amores perros y que siguió con 21 gramos. Por supuesto, estoy trabajando con Alejandro González Iñárritu.
25.- Sigo trabajando de noche, de 10 de la noche a 7 de la mañana.
26.- De día procuro estar con mis hijos, ayudarles con la tarea, dormirlos, ir al cine. Doy clases. Duermo de 7 a 11 de la mañana. No me es suficiente. Me siento cansado.
27.- No soporto la política. Siento que me arrebataron el país. Yo he conocido y vivido México a través de la cacería, y la privatizaron. Ahora tienes que pagar cantidades estúpidas para cazar, y me niego a hacerlo. Yo recorría todo el país y conocía gente, campesinos. Pero eso ya no se puede. Me arrebataron el país. La vida está hecha de cosas sencillas como esa, y si ya me la quitaron me vale madres lo que hagan.
28.- En el momento en el que te quitan las cosas que te permiten entender el mundo (como ver crecer a tu hijo, que se te deje de parar el pito, que ya no puedas entrar al Estadio a ver al América porque está vetado, que tu carro no circule porque es viejo, que te robaron y te sientes vulnerado, que sufriste una humillación y no la puedes superar porque no pudiste y no fuiste capaz de romperle el hocico al que te la hizo y vivirás con esa cobardía toda tu vida...), en ese instante te vuelves loco. Se te destruye tu vida. Son las cosas que realmente desgastan a un ser humano.
29.- Toda mi vida contaré historias de fuerza, como Amores perros y 21 gramos. ¡Qué mas me gustaría que hacer una comedia!
30.- Me interesaría más hacer una película de cómo un político llegó a corromperse, que sobre la corrupción de tal o cual político. Yo no quisiera que cayéramos en lo de los españoles, que ya han hecho la nonagésima película de la guerra civil.
31.- Mi expectativa hoy es ser el mejor padre del mundo, que al fin y al cabo es lo que termina siendo de verdad. Si yo me llego a creer que yo soy mi trabajo, estoy perdido. Cuando me piden mi curriculum siempre les escribo: soy hijo de Carlos y Amelia, hermano de Carlos, Patricia y Jorge, esposo de Maru, padre de Mariana y Santiago, tío de Alan... ¿Quién puede decirme que eso no es importante? El trabajo es sólo una parte del ser humano.
32.- Entre mis planes sí está el dirigir un largometraje. No he escrito el guión, pero la historia ya la tengo.




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