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Por José Antonio Fernández F.
Para complementar esta entrevista, le recomendamos
también consultar
la entrevista publicada en la Revista Telemundo en la que Simón Bross
cuenta cómo
se inició como director de comerciales y cuál
es su filosofía desde un principio. y otra más donde habla
de lo que piensa y siente luego de ser el director de comerciales más premiado
en toda la historia de la publicidad mexicana y también
el más premiado del mundo sumando los primeros años del siglo XXI.
Consulte otras entrevistas publicadas anteriormente
en la Revista Telemundo, con otros creativos, directores y cineastas:
Guillermo Arriaga
Felipe Cazals
Carlos Carrera
Alejandro González Iñárritu
Alfredo Joskowicz
Alejandro Lozano
Luis Mandoki
Gerardo Tort
Ana María Olabuenaga
Carlos Alazraki
Pedro Torres
Simón Bross fue durante más de una década el mejor director
de comerciales de México. Ganó premios prácticamente en
todos los festivales importantes del mundo. En la ciudad de México,
el Festival Pantalla de Cristal lo homenajeó en la Cineteca Nacional
en el 2000 al entregarle el premio Volcán, su máximo reconocimiento
otorgado por una brillante trayectoria.
En el 2006, cuando Bross vivía todavía la cumbre de la fama como
realizador de comerciales, decidió dejar por un tiempo esa tarea y emprendió la
aventura de dirigir una película. La terminó ya. Su nombre es Malos
hábitos. Ganó en el Festival de Guadalajara 2007 el premio a Mejor
Película Mexicana y fue premiada también en el
Festival de Montreal por Mejor Largometraje.
El éxito mayor que ha tenido Simón Bross comorealizador de comerciales,
ha sido en buena medida porque sabe comunicar la parte afectiva de las historias.
Es su especialidad. Tiene ese don, lo cultiva y le saca siempre todo el jugo.
Cuando filma, logra que sus historias peguen en el corazón.
En la entrevista habla de las diferencias que hay entre dirigir comerciales
y cine. Dice que un director de anuncios se parece más a un torero. En la
conversación explica por qué tiene esa percepción.
José Antonio Fernández: ¿Crees que existe la publicidad
mexicana como tal, una publicidad con características propias de nuestro
país?
Simón Bross: No creía que existía, pero ahora pienso
que sí. El que exista radica en que somos los mismos los que la
producimos desde hace ya mucho tiempo.
A pesar de que hay talentos jóvenes, son muy contados. La camada de creativos
que salieron de Leo Burnett, como Ana María Olabuenga, Jorge Cucci, Yuri,
Marco Colín,
Pepe Montalvo, Raúl Cardós y Lourdes Lamasney, ahora empiezan a
ser las cabezas de las agencias, con lo que se ha dado una continuidad en las
ideas creativas, porque ellos siguen involucrados con el cliente y con el desarrollo
y la aprobación de las propuestas. Y menciono también a Raúl
Olvera, que encabeza la agencia Z, que ha hecho trabajos relevantes. Ahora se
reforzó con Alvaro Zunini y Santiago Chamot.
Sin duda, el origen de cada quien da un toque.
Es lo que pasa también con el cine. Que Cuarón filmé en
Inglaterra, el Negro (González Iñárritu) en Estados Unidos
y Del Toro en Hungría, no les quita lo
mexicanos, aunque sean braceros de lujo, como dice Alfonso Cuarón.
José Antonio Fernández: Ahora que estás
de vuelta dirigiendo comerciales, ¿qué ves de nuevo en
la industria publicitaria?
Simón Bross: Veo varias cosas.
He notado que el nivel de calidad ha bajado un poco. Alguien me comentó que sucedió porque
yo no estaba dirigiendo anuncios, pero creo que más bien es un asunto
cíclico. Me
he encontrado con muchos clientes muy asustados y con presupuestos
bajos.
Por otra parte, observo que el negocio de la producción de comerciales
se ha polarizado.
Seguimos siendo muy poquitas las casas productoras que hacemos los
proyectos muy grandes y muchas las que hacen las producciones muy,
muy baratas. Las casas productoras de enmedio tienen que pelearse por
la chuleta casi en forma bestial. No me he encontrado con gente nueva
en los primeros niveles. Los comerciales de alto nivel siguen haciéndolos
los mismos personajes. No veo el surgimiento de un nuevo utilero, una
gran vestuarista o un nuevo gran director de arte. Los comerciales
que premian en el Festival Pantalla de Cristal comúnmente están
realizados por las mismas personas, que llevan ya algunos años
destacando.
José Antonio Fernández: Debo decirte que en el Festival aparecen
nuevos nombres todos los años, como el de Rogelio Sikander
o Esteban Madrazo.
El punto es mantenerse. Lo que tú has logrado. Me decía Craig Davis,
el Vicepresidente Creativo Mundial de JWT, que la publicidad mexicana tiene un
repertorio emocional que no lo ha visto en ninguna otra parte. ¿Coincides
con su percepción?
Simón Bross: Nuestra creatividad
se parece, por modas, a la inglesa, a la española o a la argentina. Pero al fin de cuentas
cuando veo nuestras campañas, sí les reconozco una
personalidad mexicana.
Coincido con Craig (Davis). Creo que la publicidad mexicana se parece a la comida
mexicana. La historia de los pueblos se puede medir tomando en cuenta su riqueza
culinaria, y la nuestra es muy vasta.
Nuestra publicidad sí tiene un gran repertorio emocional y es muy, muy
plural. Sin embargo, me sigo preguntando por qué si nuestro país
es de grandes pintores, no hemos desarrollado arte gráfico mejor, aunque
reconozco que nuestra gráfica ha mejorado últimamente. Y también
me pregunto por qué nuestras frases
publicitarias, los slogans, no son tan sintéticos como deberían
serlo, cuando México es un país de grandes poetas.
Muchas veces los mexicanos nos volvemos imitativos de otras culturas
publicitarias. Cuando nos ponemos muy mexicanos y tratamos de hacer
publicidad global haciendo publicidad regional -decía Carlos Bachetti:
hacer publicidad global desde lo personal-, es decir, cuando hacemos publicidad
global desde nuestra mexicanidad, es cuando mejor nos queda nuestra publicidad
y es cuando es más sorprendente para el resto del mundo. Es justo lo que
ha sucedido con El chavo del 8. Está lleno de cosas muy mexicanas que
ahora se han vuelto totalmente iberoamericanas. Y te doy un ejemplo: en cualquier
parte del mundo saben hoy lo que es una torta de jamón.
La creatividad mexicana destacada sea ha permeado a otros mercados,
así como
la gran creatividad argentina se ha permeado también al
mercado mexicano.
José Antonio Fernández: ¿Los
directores son los que le han dado el toque mexicano a nuestra
publicidad?
Simón Bross: Creo que se lo han dado los directores,
los creativos y las casas productoras, no tanto los clientes.
En el caso, por ejemplo, de los creativos Ana María Olabuenaga y Raúl
Cardós, dos casos cumbre de la publicidad mexicana, definitivamente ellos
le han dado un toque a nuestra publicidad. Se lo han dado creativamente y también
cuando deciden qué productoras y directores realizan
sus anuncios.
José Antonio Fernández: ¿Qué características
propias le ves a la publicidad mexicana?
Simón Bross: Su característica más importante es ser muy
plural. Si bien tiene que cumplir con ciertas cosas en el marco de lo racional,
el test y el focus group, es una publicidad que cuando funciona es por lo que
trae adentro, es una publicidad muy emocional.Dentro de lo emocional y la gran
gama emotiva que tiene nuestra publicidad, no sólo hay publicidad de mucha
comedia sino también producimos publicidad que conmueve.
José Antonio Fernández: Una de tus grandes cualidades como realizador,
es que te has preocupado siempre por darle nivel a tu trabajo como director y
también por darle nivel a la publicidad.
Eso le ha dado un gran beneficio a la publicidad mexicana.
¿Por qué aprecias y valoras tanto tu labor como director de comerciales?
Y te lo pregunto porque es común escuchar a directores
que no aprecian dirigir comerciales, que lo hacen sólo para sobrevivir
en tanto consiguen hacer su sueño de filmar una película.
Simón Bross: Te
respondo con varias ideas que me llegan a la cabeza:
para empezar, yo adoro hacer comerciales. Cuando regresé de estudiar cine
en Italia, me pasé un
año pidiendo trabajo en agencias de publicidad y casas productoras. Un
día Fred Clapp enfermó y dirigí un
comercial de Nescafé Frappé. Ese anuncio se volvió mi reel
y a partir de ese comercial no he dejado de filmar. Fue un anuncio muy, muy premiado.
Después hice otros comerciales que empezaron
a ganar muchos premios.
Yo tenía tantas ganas de trabajar y de filmar, que desde el primer anuncio
aprecié totalmente mi profesión y me concentré en
dirigir comerciales. Desde entonces trabajo para que
todos mis anuncios queden bien. Y como me dan buenas
ideas los creativos, voy de gane. Mi principal cometido
es no arruinarles su buena idea.
Nunca menosprecio mi trabajo. A través de los años he escuchado
a mucha gente hablar de hacer cine como lo importante, mientras que a la publicdad
la califican como un sin sentido en su profesión. Desde mi punto de vista,
es un gran error pensar así y una gran falta de respeto para quien te
ha dado de comer a lo largo de los años.
José Antonio Fernández: ¿Cómo
te sientes de nuevo dirigiendo anuncios?
Simón Bross: Ahora
que regresé a filmar comerciales, sigo
llegando al set con nervios porque no sé si me quedarán
bien o no. Por eso preparo tanto mis filmaciones,
por nervios e inseguridad. Me gusta llegar preparado
cada vez que voy filmar.
Si bien mi trabajo como director es un juego importante,
también entiendo
que no soy un cirujano que salva vidas o un político
que con base en sus
decisiones cambia la historia de una nación. Yo entiendo que lo que hago
no es fundamental para mi país, y entonces en consecuencia trato de divertirme
mucho haciéndolo. Y sí consigo divertirme.
Este año y medio que dejé de filmar comerciales y me dediqué a
la película (Malos hábitos), fue de sufrimiento porque estuve filmando
pocos días en total. Por eso digo que voy a seguir haciendo películas
y que jamás
dejaré la publicidad.
Si a un director de películas le va bien, puede filmar una cinta al año,
máximo dos. Normalmente tardan entre dos
o tres años en terminar un largometraje. Yo no soportaría estar
fuera del set tanto tiempo. A mí la
publicidad me sirve como un gran gimnasio para hacer cine, en tanto estoy en
contacto con historias, con lo último que hay en equipo, el vestuario,
los actores, el maquillaje y demás. Y el cine a su vez para mí es
un gran gimnasio para hacer publicidad, en el que también exploro con
actores, maquillaje, puesta en escena, vestuario y demás.
Con la publicidad me he entrenado para hacer cine,
y ahora que hice la película
tuve un gran entrenamiento en otras áreas para hacer publicidad. Lo importante
es no tomártelo más en serio de lo que es, porque entonces estás
condenado a arruinar tu trabajo, a que no sea fresco y a copiarte a tí mismo
en las cosas que has tenido éxito hasta
que ya nadie quiera trabajar contigo.
Si todo esto lo ves como un juego nuevo, en el
que tienes que hacer una jugada nueva cada vez
porque el guión es nuevo, me queda claro lo que debo de
hacer: mantener un gran respeto por mi trabajo publicitario, y no sólo
por el mío sino por el de toda la gente que lleva trabajando conmigo veinte
años, tiempo en el que nos hemos divertido mucho. Incluyo en la lista
a mi equipo de producción, a los creativos y también
a los clientes.
José Antonio Fernández: ¿Has dejado de filmar para algún
cliente?
Simón Bross: No,
nunca he hecho un retake (volver a filmar para
corregir alguna escena) y nunca he dejado de
trabajar para algún cliente.
José Antonio Fernández: ¿Nunca
te ha dejado de contratar un cliente?
Simón Bross: Nunca.
Con Bimbo no filmaba desde hace diez años.
Hace poco conversamos y acabamos de producir un comercial de Tía
Rosa.
La única persona con la que yo no quise trabajar nunca fue con Rodolfo
Cavalcanti, expresidente de BBDO. Me negué básicamente porque me
caía muy mal. Yo no puedo trabajar con gente que me cae mal. Cavalcanti
insultó a personas que respeto muchísimo, entre ellas a mi mejor
amiga que es Ana María Olabuenaga. Le dio de gritos a Santiago Pando,
una persona a quien también respeto
mucho.
Cavalcanti maltrataba a todo mundo, incluyendo
a su gente. Por fortuna, Cavalcanti se
fue. Los que se quedaron en BBDO, como
Carl Jones y Héctor Fernández,
son gente con la que estoy trabajando muy
a gusto.
José Antonio Fernández: ¿Cómo es tu relación
con los clientes?
Simón Bross: De
los clientes siempre aprendo algo. Cuando
viene el cliente con su producto, te
lo está confiando. Igual los creativos cuando te traen
una idea en la que trabajaron un montón de tiempo. La dejan en mis manos
para resolverla en pantalla en 20 días.
Mi responsabilidad como director es
muchísima. Dirijo el momento del nacimiento
del niño. Ellos ya
se echaron los 9 meses de tortura y a mí me toca el momento del alumbramiento.
Es importante no meter mal los forceps y anestesiar bien a la paciente para que
el niño salga sano.
José Antonio Fernández: ¿Eres
un partero?
Simón Bross: Así es, soy un partero. Debo entender que toda
la labor, todo el trabajo, viene de mucho antes de que yo llegara a hacerme cargo
del comercial. A mí me gustan los niños
y me gusta que nazcan bien. Respeto
mi labor y todo el trabajo que
han hecho los otros.
Dirigir no es sólo ver cómo queda bonito o correcto un comercial.
La única forma de dirigir bien es conociendo el
producto. Hay que meterse en el marketing y conocer el inside del producto. Nunca
hay que dirigir pensando en un premio, en el aplauso o en la frase que quieres
escuchar: "qué buen
director eres Simón".
Como director debes defender incluso
al cliente de él mismo. Debes defender
a la madre y al niño.
José Antonio Fernández: Dejaste año y medio de hacer comerciales
para dedicarte a la realización de tu película Malos Hábitos.
Durante más de una década estuviste catalogado como el mejor director
de comerciales de México. El Gunn Report te calificó en
su momento como el mejor director
de
comerciales del mundo. Has ganado
infinidad de premios. El Festival
Pantalla de Cristal te otorgó el premio Volcán por tu brillante trayectoria.
Le has dado nivel y posibilidad de expresión a la publicidad mexicana
a nivel mundial. ¿Qué se siente cuando por todos lados te premian
y te hacen saber por años
que eres el mejor director?
Simón Bross: Se
sienten muchas cosas. Se siente
fantástico.
Primero, te puedo decir que se siente increíble. Sientes que estás
haciendo bien tu trabajo y que la gente que trabaja contigo lo está haciendo
bien. Yo siempre me veo como el representante de un equipo de trabajo muy grande.
El premio o el reconocimiento es la consecuencia del buen trabajo, de que hemos
hecho bien las cosas. No hemos buscado los premios, han llegado a través
de buenas producciones.
Como mexicano en el extranjero,
siento increíble poder decir que hemos
hecho algo que da buena imagen de nosotros fuera del país.
Cada vez que recibo un premio
sé que debo recordar una costumbre que sucedía
en la Universidad de Bologna, en donde cada vez que los médicos abrían
un cuerpo, un padre se asomaba por una puertita para con su presencia recordarles
a los doctores que no eran dioses y que debían
tratar ese cuerpo con todos
los cuidados. El padre les
recordaba con su presencia
que eran mortales.
Cada vez que el elogio es más grande, siento que cada vez estoy más
cerca de acabar mi carrera, y eso es muy triste. Siento que ya no van a darse
mejores elogios y que esas son las primeras llamadas del final de mi profesión.
Siento que si me la creo, seguro
vivo el principio del final
de mi carrera.
También siento angustia por no repetirme, por no creérmela, por
seguir haciendo un trabajo de calidad en el que debo saber siempre que no porque
yo lo haga estará necesariamente
bien hecho.
Yo dejé de concursar en el Círculo Creativo, porque de cada 27
premios me llevaba 24. Concursé doce años.
Siento también un gran orgullo cada vez que me premian, como ahora está sucediendo
con mi primera película.
Sé que lo que acaba con el director es su ego. Si yo sólo confío
en mi ego y empiezo a creérmela, seguramente el resto de mi carrera será una
porquería.
José Antonio Fernández: ¿Qué ha cambiado en tí de
ese director de hace más de 20 años
al de hoy?
Simón Bross: El
lado bueno es que soy un
director mucho más
eficiente. Filmo menos horas y sé solucionar problemas porque los he visto
durante muchos años. Por otra
parte, soy un director que no puedo filmar tan frecuentemente como antes, porque
ahora me canso un poco. Llegué a filmar 23 días en un mes. Ahora
filmo 9 días mensuales,
lo que me parece bastante
sensato.
Sé que mi nivel de confiabilidad hace que mi trabajo ante las agencias
y los clientes sea más fácil.
Saben que no les voy a
cagar su comercial de buenas
a primeras y que no voy
a intentar producir mi
miniobra de arte sin importar
su producto y su idea.
Hoy tengo muchos intereses
y pendientes que hacen
que filme menos publicidad.
Publico libros, realizo una labor en el cine como productor y ahora también
dirigiendo. Quiero hacer ópera
y otras actividades que
le quitan tiempo a mi labor
como director de comerciales.
Ya no tengo todo el tiempo
abierto para la publicidad,
pero sigo con las
mismas ganas de antes y traigo nuevas ideas para los anuncios.
Algo que me sucede ahora, es que hay gente que se cohíbe al hablar conmigo
porque sienten que están tratando con un director muy reconocido. En la
mayoría de los casos
eso se elimina en unos
minutos.
Trato de estar muy cerca
de los jóvenes creativos,
son mi fuente de la juventud.
Todo el tiempo pienso en
Fernando Espejo, el gran
director de comerciales
que murió justamente hoy en la madrugada. El Maestro Espejo siempre innovó con
sus anuncios, hizo poesía y publicó libros. También
pienso en el Maestro Béjar, que filma desde hace treinta años y
sigue teniendo el mismo ímpetu.
Lo veo siempre muy emocionado
con su trabajo como director.
José Antonio Fernández: José Antonio Fernández: ¿Como
te sentiste como director en Malos Hábitos, tu primera película?
Simón Bross: Muy bien. Con Malos
Hábitos
empezamos ganando el premio a la Mejor Película Mexicana del Festival
de Cine de Guadalajara. Luego nos seguimos con otros festivales, como Montreal
y Sundance Vegas.
Más respuestas de Simón
Bross
publicadas en exclusiva en CANAL100.com.mx
• Como director, mi primer compromiso no es con
el creativo, es con la idea.
• Para mí,
fondo y forma es lo mismo. No una cosa es la idea y otra el cómo la
haces. No. Cómo la haces es la idea y la idea
es cómo
la haces. Mi compromiso es enriquecer esa idea, jamás cambiarla. Y para
eso necesito estar en estrechísima comunicación con el creativo.
• En muchas ocasiones, cuando me enseñan un story board les digo: les
falta una página. Cuando me preguntan cuál, les contesto: la
de la idea.
• Cuando no hay una idea, difícilmente
filmo un comercial. Los he dirigido sin una idea por compromiso o porque hay
mucho, pero mucho dinero involucrado. En esos casos excepcionales, trato que
la masa informe tome una cierta coherencia y al menos logre un concepto en
pantalla.
• Sí he
filmado sólo porque lo he considerado un buen negocio.
Me acaba de pasar con una cuenta para otro país. Llegaron con una mezcla
que no hacia ningún sentido. Mi reto fue trabajar con el creativo,
quien sabía que no tenía una idea, para intentar que al filmar
lográramos una idea mínima. Trabajamos juntos en el repechaje
de la idea.
• Te puedo decir que cuando me contratan
con mucho dinero de por medio, tengo la oportunidad de replanetar la idea creativa
y mandarla a repechaje porque confían en mí, por eso me contrataron.
En la mayor parte de los casos hemos conseguido que aparezcan en pantalla cosas
interesantes. Yo busco siempre encontrarles algo a esos story boards que a
veces no traen nada.
Respuestas de Simón Bross sobre la polémica entre Guillermo
Arriaga y Alejandro González Iñárritu:
José Antonio Fernández:
La polémica por el derecho de
autor entre Guillermo Arriaga y Alejandro González Iñárritu
es muy importante ya en la historia del cine, la televisión y la publicidad
de México. La historia de esa polémica es la siguiente. La resumo:
González
Iñárritu
puso en los créditos
iniciales de su película
Babel: "una idea original de Guillermo Arriaga y Alejandro González
Iñárritu". Arriaga protestó y dijo que la historia
no era original de los dos, sino sólo de él. ¿Qué ves
en esa polémica?
Simón Bross: Ambos son mis amigos. Como cuando los matrimonios se divorcian,
siempre les digo a cada uno que no me hablen mal del otro.
En este caso, veo que los puntos de vista de González Iñárritu
y Arriaga son coincidentes. De hecho estoy de acuerdo y en desacuerdo con ambos.
No estoy de acuerdo en que se hayan peleado. Son como niñas rasguñándose,
y ellos son dos tipos brillantísimos.
Voy más allá de lo que dicen. Para mí, cuando haces una
película, tú eres autor de la película al menos cuatro
veces. Quien la escribe, es autor del guión. Quien la filma,
quien la dirige, reescribe la película y también es autor. Los
actores igualmente participan como autores, y también el productor y
el fotógrafo. La tercera reescritura es
cuando se edita, y ahí aparece otro autor más, que son todos
los que intervienen en la postproducción: quienes hacen la pista de
audio, los efectos, la edición, la música y el armado final.
Y la cuarta reescritura, que para mí es la más importante, es
la del público, del espectador. También el público es
autor de la película.
Creo que el problema de ellos es que el público
no cobra por la reescritura.
José Antonio Fernández: Tú le diste
a Ernesto Anaya el crédito de historia original en Malos hábitos.
Simón Bross: Sí, por supuesto. Nada más a él porque
fue Ernesto Anaya quien trajo la historia. Hay que decir la verdad. Ya el crédito
de escritura de guión lo compartimos, porque el guión lo escribimos
juntos.
Más respuestas de Simón Bross sobre la polémica entre
Guillermo Arriaga y Alejandro González Iñárritu:
• Si me preguntas si Guillermo Arriaga
es autor de Amores perros, te constesto que sin duda lo es. Y si me preguntas
que si Alejandro González Iñárritu
es autor de Amores perros, también te contesto que sin duda lo es.
Ya, quién es más autor o no, es como discutir quién la
tiene más larga.
• Si el
argumento original de Babel lo hizo Guillermo Arriaga, entonces el crédito
de argumento original debe ser de Guillermo Arriaga. Si luego escribieron el
guión entre los dos, entonces la escritura de
la película
es de ambos.
• Guillermo
Arriaga no puede decir que dirigió Babel, porque la
dirigió Alejandro
González Iñárritu. Y tampoco González Iñárritu
puede decir que la fotografió, porque la fotografía es de Rodrigo
Prieto, quien también es autor de Babel, al igual que considero que
Eduardo Martínez Solares es autor de Malo hábitos, por ser el
fotógrafo de la película.
• En las películas hay que precisar los créditos, generar
un andamiaje legal y ser absolutamente honestos. Yo jamás hubiera puesto
argumento de Simón Bross en Malos hábitos, porque el argumento,
la idea original, es de Ernesto Anaya.
• El problema
de los créditos también viene cuando cobras
por lo que dicen esos créditos, que es cuando un crédito puede
significar cientos de miles de dólares. Si quieres pelear esos dólares,
tienes que pelear tus créditos.
Respuestas de Simón Bross sobre su proyecto de vida y acerca de su
película Malos Hábitos:
José Antonio Fernández: Cuando a los seres humanos nos va bien,
llegamos a pensar que siempre nos irá bien, y cuando nos va mal, nos
da la impresión de que no saldremos nunca de las dificultades. Por eso
cuando a la gente le va bien, prefiere no moverse de donde está porque
puede entrar en situación de riesgo.
Me llama la atención que tú decides hacer una película
cuando como director de comerciales te estaba yendo muy bien. ¿Por qué meterse
en las tremendas complicaciones de hacer un largometraje cuando te estaba yendo
tan bien como director de comerciales? ¿Por qué someterte a la
posibilidad de la crítica muy dura a la que seguro estarás sujeto
como director de cine, y a la posibilidad también de ser descalificado?
Simón Bross: Fíjate
que yo entendí muchas cosas cuando
me enfermé. De eso te hablé cuando me hiciste una entrevista
en tu programa Pantalla de Cristal, en Canal 22. Cuando me enfermé decidí que
quería hacer una película. Yo estuve al borde la muerte. Cuando
me recuperé, me dije: ¿por qué no he filmado una película?
Y la respuesta está en tu pregunta: no la había dirigido por
miedo a todo lo que implica hacer una cinta.
Después de que te da una enfermendad tan fuerte, cualquier miedo te
parece poco. Yo me di cuenta de que le tenía miedo a tener miedo. Hacer
la película ya no me dio miedo.
José Antonio Fernández: ¿Te dijo el médico que
podías morirte?
Simón Bross: Tal cual
me lo dijo, que podía morir. Que mis posibilidades
de pasar la noche de la operación, eran del cincuenta por ciento. Yo
tenía un cáncer de grado cuatro, con un tumor de 14 centímetros
y medio en el riñón. Me dijo que si había metástasis,
mi posibilidad de vivir sería de cero. Por fortuna el tumor estaba encapsulado
y no tuvieron que darme ni quimio ni radio. Estoy bien. Vivo con un riñón.
Hoy que ya terminé la película, me doy cuenta que vivía
en un error. Yo no quería hacer una película, quería hacer
muchas películas. No sólo quiero dirigirlas, sino producirlas
y ayudar en todo lo que se pueda para que se filmen muchas más.
Juan García y yo hemos apoyado la producción de más de
40 cortos. Hace diez años, coproduje mi primera película (¿Quién
diablos es Juliette?).
Afronté la película (Malos hábitos),
de la misma forma en la que he afrontado la publicidad. Ana María Olabuenaga
me dio un consejo increíble el día que empecé a filmar
Malos hábitos.
Me dijo: tú sigue haciendo las cosas igual que las has hecho siempre,
porque siempre te ha ido muy bien así. No trates de imitar a nadie.
Sé como tú eres. Aplico lo que me dice, y entonces decido no
hacer una película con focus group, ni con niños de 14 a 24 años,
ni en la que force un final o utilice una cámara movida todo el tiempo.
Tampoco pensé en hacerla para ganar premios. Decido hacer un largometraje
con mi línea. Y así ganamos el premio a Mejor Película
en Guadalajara, en Sundance Cine Vegas, nos va bien en Cannes y veo que, otra
vez, los premios vienen por añadidura.
Para mí, si una chava luego de ver mi película
va a pedir ayuda profesional, ya valió la pena hacer Malos h ábitos.
Una de las chicas que vio el primer corte, ya está en tratamiento, y
eso me hace sentirme muy satisfecho.
Respuestas de Simón Bross en las que habla de la
película
Malos hábitos:
• Malos hábitos
es una película que ayuda,
no es sólo
para entretener en el cine. Por eso hemos hecho funciones para ayudar en forma
concreta a quienes tienen bulimia y anorexia. En la página de internet
con un sólo click pueden conectarse con ayuda especializada, y se las
vamos a dar en forma gratuita.
• Un montón de actrices, que ya
vieron la película, como
Ana Claudia Talancón, Bárbara Mori, las dos Paleta, las chicas
Calderón,
Claudia Lizaldi, Ana de la Reguera y otras más, se han sumado a promover
lo que dice la película sin que aparezcan en la cinta. Esto es único
en la historia del cine mexicano. Es algo que también me deja más
que satisfecho.
• Cuando a la gente le dicen que se puede
morir, hay quien agarra sus cosas y se va a Roma o al Tibet. Para mí la
opción fue quedarme aquí para
seguir tejiendo mi proyecto de vida, diría Teilhard de Chardin. Mi
crisis no me cambió, me dio energía para seguir con mi proyecto
de vida con mayor entusiasmo y ganas. Evidentemente entré en una situación
en la que me volví hipersensible. Recuerdo que cuando estaba en mi habitación
en el Hospital Inglés, me asomaba por la ventana y veía a unos
niños jugando. Me emocionaba profundamente al verlos.
• Con Malos hábitos quise generar
una película que no fuera
regañona,
que no te diga qué tienes que hacer o no, que le dé chance al público
de considerar lo que puede hacer con su vida. La película es honesta
y no está calculada con leyes de marketing, por eso ha sido acogida
por el público y la crítica.
• Veo cercano el problema de la bulimia
por dos motivos. Primero, porque Ernesto Anaya me trajo la historia que se
inspira en lo que le sucedió a un
amigo suyo. Comía platillos riquísimos y antes de tragarlos los
escupía. Luego comía zanahorias y yogurt. Otro motivo muy importante,
es que a lo largo de mi carrera como director he estado en contacto con modelos
y sé que algunas han muerto de anorexia. Investigué sobre el
tema y el problema es como dicen los norteamericanos: es tener un elefante
escondido en el cuarto.
• Cuando presenté la película
a la prensa en Estados Unidos, Francia y otros lugares, me sucedió que
en vez de hacerme preguntas, la gente empezó a platicar casos. Y como la cinta
trata también el
problema de la fe, la desintegración familiar y de cómo
comunicarte, para bien o para mal, lo que sucede cuando la ven en la sala es
que el público
se agarra de alguna de sus esquinas y la gente termina siempre platicando
historias de ellos mismos.
• El 20 por ciento de las chicas con anorexia, se mueren.
• Por lo menos el 10 por ciento de la población padece trastornos
alimenticios. Son diez millones de personas.
• Pregunté a 10 monjitas si pensaban que con sus rezos podían
evitar catástrofes, sólo cuatro me dijeron que no.
• En el set de Malos hábitos, siempre
me hice acompañar
para asesorarme de un médico y un religioso.
• Raúl Luque
no participó de manera forma en
Malos Hábitos, porque no quiso hacerlo. Él tuvo una mala
experiencia al participar en una cinta hace años. Sin embargo, debo
decirte que lo invité y, aunque de no de manera oficial y formal, sí estuvo
muy cerca de la película y vio y opinó en los cortes, desde el primero.
Seguimos siendo muy, muy buenos amigos. Volverá sin duda a postproducir
conmigo.
Respuestas de Simón Bross
sobre su vida personal:
José Antonio Fernández:
Eres un director atípico, también por tus hábitos personales.
Sé que creees en la familia y que llevas una vida ordenada.
Simón Bross: Yo soy
una persona que cree que hay que vivir y que hay que hacerlo con mucho gusto.
Más que creer
en la familia, yo creo en mi familia. He tenido la oportunidad de tener una
mujer como Eri, que es una mujer soprendente y extraordinaria. Cuando ve
que me estoy mareando arriba de un ladrillo, es mi ancla que me baja y me
dice que como siempre he sido, así le caigo bien,
que no tengo por qué ni para qué cambiar. Me saque la lotería
con ella. Mis hijos son increíbles. Los quiero disfrutar muchísimo.
Cuando estaba con el cáncer, pensé que no disfrutaría
a mi hijo. Cuando salí de ese problema, lo primero que hice fue tener
una hija, lo que me dio vida.
Mi vida es normal. Me gusta ir al parque con mis hijos. No cenó platillos
sofisticadísimos. Como quesadillas y huevos revueltos. No me disfrazo
de director. Tú y yo nos conocemos desde siempre, nos vestimos igual
y hacemos lo mismo.
En vez de estar tratando de encontrar lo nuevo a través de nuevas familias
y nuevas mujeres, y nuevos colaboradores, yo creo que uno puede crecer junto
con su familia personal y laboral y tener coincidencias. Y dentro de todos
los conflictos que se dan, tener la posibilidad de disfrutar plenamente de
la vida. Esto no quiere decir que tenga una vida perfecta e intachable. Igual
que todos, tengo mis conflictos.
Me siento un hombre muy afortundado.
Respuestas de Simón Bross sobre la diferencia entre dirigir una película
y realizar comerciales:
• Sí es distinto dirigir un comercial
a una película. Para empezar
por la duración, que tiene que ver con la resistencia emotiva y
física de mí como director. La campaña más grande
que he hecho en mi vida me llevó cuando mucho tres meses, hacer una
película te lleva al menos un año.
• Con los comerciales
las apuestas son múltiples, es como la ruleta, en
la que apuestas a cualquiera de los 36 números. Si le pegas a uno, ya
sales ganando. En el cine es apostar a rojo o negro. Colocas todas tus fichas
en un color.
• Los comerciales se parecen más
a las corridas de toros. Si te sale un mal toro, tratas de hacer tu mejor faena
y sabes que hay un domingo siguiente muy pronto en el que puedes hacer un faenón
y el público seguramente
olvidará tu corrida anterior. Con las películas no sucede así.
Es como si fueras un torero que sale a la plaza a torear una vez cada dos años.
• En mi caso, como director de ópera
prima, me siento como el novillero que va a la Plaza México por primera
vez, y que si no hace algo que valga la pena no vuelve a aparecer en los carteles
y hasta cojines le avientan. Ahí entonces aparecen los miedos de
los que platicábamos antes.
• Cuando diriges comerciales, es como si
lavaras ajeno, y haces que esa ropa se vuelva un poco tuya. Terminas por querer
tanto la ropa del patrón, que
se vuelve la tuya y la manejas con todos los cuidados posibles. Le pones hasta
suavizante y la planchas con esmero. Cuando haces tu película, entonces
lavas tu ropita y tú sabes mejor que nadie cómo está tu
ropa, qué tan sucia, qué tan vieja y qué tan buena o no
es. Sabes que hay manchas que no van a salir. También sabes que hay
camisas que por más que la laves, no se verán mejor.
• En lo que sí es parecido hacer
comerciales a dirigir cine, es que en mi caso yo trabajo siempre con el mismo
equipo desde hace muchos años,
y nos hemos vuelto una familia en el set. En las películas sucede también
así en forma casi natural, porque trabajas a lo largo de mucho tiempo con las
mismas personas. Se vuelve una familia entrañable. Compenso los comerciales
trabajando de esta forma.
• En los comerciales, el amor es corto
y también el olvido. En el cine,
el amor es corto pero no existe el olvido. Las películas quedan ahí.
Si la cagaste en algo, ahí queda por siempre.
• Mi siguiente película tiene que
ser una comedia, por supuesto no idiota.
• El cine alimenta. Sé que me va
a generar conflictos y noches sin dormir, pero es algo que quiero mucho y eso
me da muchos ánimos para hacerlo.
Respuesta de Simón Bross, en la que responde
si se considera el director del afecto:
José Antonio Fernández: Le decía hace tiempo a Ana María
Olabuenaga que ella es la publicista más romántica de la historia
de México, además de ser la mejor que ha dado nuestro país.
Tengo la impresión de tú eres el director del afecto. Al ver
todo lo que has hecho, veo que el afecto es tu tema. ¿Lo percibes así también?
Simón Bross: Yo sí creo en lo que dice García Márquez,
que uno hace las cosas para que a uno lo quieran... y yo le agrego: los que
uno quiere.
Es cierto, yo siempre trato de conectar
las historias que filmo con la parte más
entrañable. Es la diferencia de hacer el amor y coger. Hacer el amor
puede llegar a niveles poéticos, y entonces toma otra dimensión.
Es cuando se da el gran momento afectivo. Yo voy primero a mi corazón,
porque quiero llegar al corazón de la gente.
En el cine no soy un asilado político, soy un asilado poético.
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